domingo, 13 de enero de 2013

.... LA PESADILLA ... fasciculo - I











       La noche estaba adentrada y tranquila. Era una de aquellas noches sin nada de viento … nada se escuchaba … ni personas … ni animales … nada … silencio absoluto …
       La habitación era grande pero acogedora, muy sobria. Tanto la cómoda como el ropero, la cama … de hierro pintado de blanco con el cabecero trabajado en forma de corazón, haciendo memoria, de muchas historias perdidas en el tiempo de finales del siglo XIX.





 
       Las paredes estaban desnudas, a excepción de una. Ahí, bien en medio, sobresalía el autorretrato de Van Gogh, raro cuadro para encontrarlo en una habitación … pero ahí estaba.





 
      En aquella habitación y en aquella cama, alguien dormía profundamente. Su respiración, era la única cosa que se escuchaba de una manera tan perfecta que aquel sonido parecía hacer parte del cuadro.
       La oscuridad solo era atenuada por la iluminación exterior que penetraba por la persiana semicerrada. El ambiente era normal, como cualquier noche, a aquella hora.





 
       Un sonido diferente vino romper todo el encanto. No era un sonido muy fuerte, pero en aquella paz, cualquier sonido hería la noche.
    Muy lentamente, el picaporte de la puerta giró con un pequeño chasquillo. La puerta se abrió poquito a poco.





 
     Una silueta humana, envuelta en bruma difusa, entró, intentando hacer el mínimo ruido posible. Pié ante pié se acercó de la cama.
       Dos pasos más, y un pequeño rayo de luz, viniendo de la persiana mal cerrada, mostró un poco más. Muy poquito a poco se fue acercando a la cama …
      Era un hombre alto, delgado, con un bigote y un rostro afilado, donde sobresalía un lunar en la barbilla. En su mano algo brillaba. Fuéron necesarios dos pasos más para que se pudiese identificar lo que traía en la mano … un gran cuchillo de cocina.





 
        Siempre muy lentamente se fue acercando, cada vez más, a la cama. Dió la sensación de dudar en algunos momentos.   Después, subiendo el cuchillo, aplicó un fuerte golpe en el cuerpo inerte … y otro golpe … y otro más … y otro … y otro …
     Muchas veces aquel cuchillo penetró en la persona que dormía.
          Después, el atacante retrocedió y salió de la habitación, con mucho cuidado … tan lentamente como había entrado.
        Todo aquel espacio se sumergió, de nuevo, en el silencio de la noche. Solo el respirar tranquilo de la persona de la cama … no se escuchaba más …









 
         Antonio, se sentó en su cama. Qué sueño … diosss ¡!!! Era la tercera noche, en aquella semana, que se repetía aquella rara pesadilla. Siempre igual. Siempre la misma situación.
     Lo malo, es que no reconocía nada, ni la habitación, ni el asesino. Tampoco podía distinguir la persona que dormía y terminaba muerto de aquella manera tan bárbara.
     Curiosamente, la figura del asesino era tan detallada que estaba seguro que lo reconocería si se cruzase con el por la calle.





 
         Muy nervioso encendió la luz. Buscó el paquete de cigarrillos.
              --- Ya te he pedido, muchas veces que no fumes en la cama. Un día provocas un incendio !!!Preocupado, como estaba, con su pesadilla, se olvidó completamente de Rosemary, su mujer, estaba a su lado.
              --- Qué pasa, cariño. No puedes dormir ??!!??
              --- Es aquel sueño … …
              --- De nuevo ¿??? ¡!!!
      Le había contado el día anterior. La primera noche no hizo mucho caso. Pero la repetición, todos los días … empezaba a preocuparse. Rosemary volvió a dormirse. También sería lo mejor que podría hacer.
       Apagó la luz. Se durmió rápidamente, y, esta vez, no tuvo ningún sueño. 






 
         Cuando el despertador hizo sonar aquella infernal melodía tenía la sensación de que acabó de acostarse.
         El día laboral lo encontró exhausto. Aquella mañana no tenía la paciencia necesaria para solucionar los problemas de la oficina. Su cabeza le parecía plomo. Pero, Antonio era muy cumplidor de sus obligaciones … y ahí estaba, currando.
     Además, como responsable de todos los empleados de aquella empresa de contabilidad, tenía que dar ejemplo.
        Llamaron a la puerta de su despacho. El sonido había sido suave pero explotó en su cabeza como si fuera un petardo.





 
        --- Antonio ¿??!!! --- era Cesar, su jefe.
     En verdad, la relación de los dos era muy especial. Amigos desde hacía muchos años, habían sido compañeros de colegio y habían estado siempre juntos en las etapas de la vida. Cuando   Cesar pensó en montar aquella empresa, le propuso crrear una sociedad. La idea no entusiasmó mucho a Antonio, su economia personal no estaba muy bien. Entonces Cesar le explicó la situación de una manera muy clara … o sería su socio o su empleado, ayudandole como su brazo derecho. De una manera o de otra no abdicaría de utilizar su experiencia profesional.
    Cesar, lo conocía bien. Ambos cursaron la carrera de contabilidad. Antonio tenía más cabeza pero menos dinero. Su patrimonio ya le venía de familia. Jamás se había casado y vivía solo, en una casa enorme que la heredó de su padre, ya fallecido . Sus únicas compañías eran el ama de llaves, su jardinero y una u otra compañía de ocasión, sus relaciones no duraban mucho, y algunos amigos, entre los cuales él se incluía y con quién de cuando en cuando compartía su vasta bodeguita.
         Su amistad es tan sólida que Antonio había invitado a Cesar como padrino de su boda, cuando pensó casarse con Rosemary. Cesar era un buen chaval.




                                ( continuará ... seguro ... )




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