Bajó
las escaleras un poco más deprisa… estaría haciendo bien???!!!
Aquella vieja casa… sin condiciones… sin calefacción… sin
tele…
Pero
de nuevo se acordó de la imagen de las dos niñas…
La
hora siguiente la pasó en dos centros comerciales y algunas tiendas
por las calles.
A
las diez de la noche ya estaban de nuevo todos juntos, en la casa
vieja … ahora mucho más iluminada … compró una lámpara a gas …
la mesa estaba llena de dulces … pasteles … en el centro … un
roscon de reyes … y compró también un poco de bacalao cocido …
su olor se dejaba sentir por la habitación …
La
cara de las niñas era de una felicidad digna de una pintura…
Pensando
en ellas, no olvidó dos paquetes con dos regalos que había comprado
para que no se perdiese, para ellas, el espíritu y la magia de la
navidad.
La
mas calladita de las dos se acercó de él… se estiro… y le dio
un beso en la cara …
---
Gracias… muchas gracias…
No
podían contener las lágrimas…
---
Bueno… que es esto? No quiero ver lágrimas esta noche. Vamos
cantar… conocéis alguna canción?
---
Sí! Sí! Nuestra madre tenía la costumbre de enseñarnos algunas!
Aquella
vieja casa… casi en ruina total… parecía, de repente, haber
recuperado la vida…
El
sonido de sus voces invadió las calles cercanas… a veces las voces
viniendo desde fuera se juntaban cantando a coro con ellos.
A
lo lejos se escuchaban campanas.
Luis
miro su reloj… era media noche. Abrió la bolsa que traía y que no
permitía mirar a nadie … de dentro sacó dos pequeños paquetes…
---
Esto es para vosotras.
Las
niñas abrieron muchos los ojos como si no se pudiesen creer que
todavía podrían haber más sorpresas aquella noche…
Rápidamente
rompieron el papel de regalo … delante de sus ojos, maravillados,
aparecieron dos cajas de chocolates … redondas … de colores …
las mismas que ellas estaban mirando en el escaparate de la tienda de
dulces cuando se encontraron con Luis.
---
Gracias, Luis… mira hermana… a final siempre es verdad… existe
papá Noel…
Se
sentaron, una en cada rodilla… se sujetaron a su cuello… cada una
con su caja…
Luis
se sentía muy feliz… jamás había pasado una navidad como
aquella… ni se había dado cuenta de que no había calefacción…
tele o radio… qué va!!! Allí estaba un hogar acogedor… aquella
noche… allí… había mucho amor… mucha paz… mucha alegría…
esa alegría sana que brotaba de las dos hermanas y que ahora… como
él… se sentían tan felices…
Las
miró de nuevo y las apertó un poco más hacia su pecho…
Su
respiración pausada le informó que se habían dormido.
Se
quedó así con ellas… en poco tiempo él mismo se durmió… cómo
se sentía bien … !!!
Empezó
a soñar… un sueño bonito… pero raro…
Soñó
que Dios hablaba con él…
“---
Eres un buen hombre, Luis. Antes de reservarte un lugar en mi reino
he querido ponerte a prueba una vez más. Esas dos niñas, que
duermen en tus rodillas, son dos ángeles que te mandado. Lo que has
hecho con ellas me lo has hecho a mí. Muy pronto te llamaré. Cuando
lo haga vente con tranquilidad y confianza.”
En
ese sueño, Luis vio a las dos niñas subir en el aire mientras le
sonrían.
Cuando
despertó, Luis, estaba solo. Que sueño raro… y las niñas? Donde
estaban las niñas?
Miró
a su alrededor … la habitación estaba oscura… pero desierta…
ni señal de mesa… ni restos de comida… nada… nadie…
Se
levantó y caminó hacia la puerta…
Fuera
caía lluvia… al final… siempre llovia… el servicio de
meteorología terminó acertando…
Hacía
viento pero no frío. Se sentía bien… muy bien…
Empezó
a bajar las escaleras … tranquilamente … la madera estaba vieja,
sonaba y, con la humedad, estaba muy deslizante.
Cruzó
el gran hall…
Un
gran estruendo lo dejó sordo… parecía venir de arriba… miro…
a tiempo de ver como todo el techo desmoronaba sobre él… quedó
enterrado… aplastado…
No
sentía ningún dolor…
Después…
Todo
pareció recuperar su color… hasta el sol habia vuelto a brillar…
---
Luis… vente…
Era
una de las niñas… los mismos ojos relucientes… la misma sonrisa…
---
Ven… Luis… ven…
La
otra niña venía detrás…
…
y de nuevo aquella voz ...
“---
Ven, Luis. Te había avisado que te llamaría.”
FIN
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