El
día empezó con un aspecto taciturno con su cielo de un gris oscuro.
En la radio, la TSF informaba que un pequeño ciclón
avanzaba en dirección a algunas islas de
los Azores, y eso podría influenciar el clima del continente, principalmente en
las regiones costeras.
Carlos miro los árboles que parecían quererse
doblar bajo fuertes ráfagas de viento. En las calles de Lisboa, hojas y basura
volaban en remolino, un poco por todas partes.
Desaceleró un poco el coche y fue conduciendo
con precaución por la zona de la Cidade Universitaria ,
dirección Sete Rios a fin de visitar una de las farmacias de la
AV Columbano Robalo Pinheiro.
En el asiento, vacío, a su lado, la edición
mas reciente de Diário de Noticias, periódico que leía con regularidad.
En la primera página se veía, bien
visible, la fecha … 13 de Outubre de 1998.
De repente giró por un de los parkings de
la “Torre do Tombo”. Paró el motor, bajo
la ventanilla e inclino un poco su asiento.
Abrió su monedero y de dentro cayó una
pequeña foto.
Cinco años. Cinco años pasaron ya … Ni un
solo día ha olvidado Lilianne. Ni un solo minuto dejó de ver delante suya
aquellos ojos brillantes.
Todos los años, en el día 13 de octubre
recordaba el accidente que había revolucionado toda su vida.
Todos los años, en aquel día, buscaba un
momento, para estar solo, mirar aquella foto, el único detalle que lo conectaba
a la semana más espectacular de toda su vida.
Los demás días no vivía … vegetaba …
Mafalda había vuelto a casa, después de
unas semanas más de estancia en el hospital. Ahí estaba ella, siempre
acompañada de su enfermera particular. Pero era una mujer de consistente … jamás
se dejó derrumbar psicológicamente. Incluso encontró una ocupación … Mafalda
hacia caricaturas … y muy bien … Algunas personas la visitaban, en casa, para
que ella dibujase en un folio de papel, solamente con carbón, su silueta.
Carlos era muy atento con ella. Mafalda lo
merecía. Pensaba siempre en Lilianne … pero su conciencia estaba en paz … No se
ama a quien se quiere … cuando se quiere … Cumplía su obligación de marido.
Por otro lado, provisionalmente aplicaba
todo su entusiasmo e ilusión. Trabajando … no pensaba tanto …
Miró su reloj. Estaba con retraso. De
nuevo guardó la foto, suspiró fuertemente … intentando alejar alguna que otra
lagrima rebelde y, de nuevo, arrancó el coche.
El viento parecía cada vez más fuerte.
Aceleró un poco más. No quería llegar demasiado retrasado.
Qué
inconveniente … estaba en una reunión, d aquellas muy muy importantes que le
llevara semanas a preparar y su Mobile no paraba de vibrar … ya no podía disimular
más … Lo sacó del bolsillo y miró … era de su casa …
Perdonen … pero tengo que contestar …
Que pasará ¿????
Si … diga … --- era la enfermera de
Mafalda --- Como ¿?!!??!!??!! Es grave ¿??? Voy ya para allá … si!!!! Si … voy inmediatamente
…
Quedo paralizado por breves momentos. Después
se dió cuenta que todos, en aquel salón, le miraba silenciosamente.
--- … perdonen … mi mujer … la han llevado
para el hospital … perdonen … tengo que retirarme … perdonen …
Todos se levantaron de inmediato. Salió
apresuradamente. Mafalda tenia una crisis … grave, según le decía su enfermera.
Pobrecita … empeoraba día a día … la llevaron de nuevo … y de nuevo conectada
al ventilador …
Aparcó en el parking más cerca de
urgencias del hospital Santa Maria. Siempre entraba por ahí.
Lo esperaba el Dr. Liberato, responsable clínico
del estado de salud de Mafalda.
--- Sr. Carlos … las noticias que tengo
para darle … no son las que a mi me gustaría darle …
--- Dígame dr …
--- Lo siento Sr. Carlos. Su esposa
falleció hace cerca de 15 minutos. No hemos podido hacer nada. Piense que fue
el fin de un gran sufrimiento para ella. Sus últimos días han sido muy penosos
…
--- Pobrecita ¡!!!
--- Verdad, sr. Carlos. Y pensar que jamás
se ha quejado …
--- Puedo verla?
--- Claro que si. Aun esta en la habitación.
Imaginé que le gustaría verla.
Sentía un disgusto sincero. Once años cuidándola
… preocupándose por su estado … intentando recrear un ambiente en que ella se sintiera
bien … ahora … todo se había acabado …
Se arrodillo, junto a su cama, cogió su
mano aún caliente y la besó …
El
funeral y entierro tuvieron lugar al día siguiente. Una ceremonia reservada a
escasas decenas de personas, en su mayor numero, trabajadores del hospital con
quien intimara mas los últimos años.
Fue el quien hecho la primera palada de
tierra sobre el ataúd. Después de que todo terminó colocó sobre la tierra fresca un gran ramo de rosas
blancas, las preferidas de Mafalda.
Al salir del cementerio miró el cielo limpio de aquella tarde de
verano de 1990 … como le gustaría que Lilianne estuviese allí a su lado … no
dudaba que si hubiese conocido Mafalda, Lilianne la hubiera admirado.
Lilianne … Lilianne … donde estaría ella
en aquel momento? … ¿???
Como un niño corrió a una agencia de
viajes … la más cercana.
( continuará ... como no?!!? )
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