Aquí
os dejo otra historia escrita por mi hace unos años.
Cuando
escribo prosa siempre intento dejar el mensaje de aquello en que creo
… y este tema es, para mi, muy especial.
IMÁGENES SUELTAS
De
jorge peres
Las
piernas le temblaban un montón. Todo su cuerpo era un temblor como
si lo hubiese alcanzado una descarga eléctrica.
Muy
sinceramente, todo aquel día empezó con mal pie. Por la mañana se
despertó mucho más pronto de lo que pretendía.
La noche fue larga ... se
durmió sin esperanza ya de poder hacerlo. Y el motivo de su insomnio no era la diversión … ojalá lo fuera.
Fue a
cenar con Sonia, su novia desde hace algunos meses, pero las cosas no
estaban muy bien entre ellos.
La cena que el esperaba de paz se tornó
un combate verbal de los mas duros trabados entre ellos en los
últimos tiempos.
El
tono de voz subió y lo acompañó la falta de respeto.
Un poco antes de
empezar el postre tomó la resolución de irse. Las cosas estaban yendo demasiado lejos y podrían terminar peor.
Decidió
caminar un poco junto al mar. Antes, condujo por la carretera
marginal a poca velocidad. Se sorprendía de eso.
Normalmente
cuando estaba nervioso disparaba por la carretera a toda la
velocidad, haciendo tronar en el aire el potente sonido del motor de
su coche.
La
verdad es que aquella última discusión no lo alteró como en otras
anteriores.
Cuando
salió de casa de Sonia estaba sereno, solo sentía que necesitaba
estar solo en un sitio tranquilo … Era lo que buscaba ahora mismo.
Cruzó
Cascais, siguió hasta el Guincho. Aparcó en el lado izquierdo en dirección subida.
Delante
suya, el grande … el solitario Océano Atlántico, rolaba sus
olas contra una arena desierta, tan solitaria como él.
Conoció
Sonia hace menos de un año.
Mas joven que el, una mujer muy
presentable, de aquellas de causar envidia, a veces demasiada, en
cualquier sitio público. En el inicio de la relación las cosas han
funcionaran de forma casi completa … las diferentes se manifestaran un poco más tarde … pero eso siempre pasa en una
relación.
La
verdad es que no pudo o supo superar esas divergencias que en
el principio parecían inofensivas.
Sinceramente empezaba a sentirse cansado de una relación en que las cosas
solo funcionaban en la posición horizontal de una cama, fuese la
suya o la de ella.
Pero,
lo que pasó hace dos semanas vendría a revelarse importante, no
solo en su vida sino, también, en aquella unión, un poco tambaleante.
Fueron
esos recuerdos que lo mantuvieron cerca de dos horas, delante de la
playa y lo llevaron mas tarde a su casa sin la más leve sensación
de sueño.
Han
sido esos hechos que los que provocaron los temblores que ahora sentía en
su cuerpo.
Todo
empezó aquel día en que trabajara en el turno de tarde, saliendo
del curro a las nueve de la noche.
Lisboa
se preparaba para recibir la Navidad con los brazos abiertos, con algunas
avenidas ya iluminadas y otras en preparación.
Aquella
hora aún había gente intentando llegar a casa a tiempo de ver uno
de los muchos culebrones televisivos y el tráfico empezaba,
lentamente, a volver a la normalidad, después de una hora punta
verdaderamente loca.
Rumbo
a Cascais, evitaba siempre la autopista, prefiriendo la carretera
marginal.
Todos los días hacia aquel camino. La conducción del
coche se tornó, mecánica y automática.
Circulaba
cerca de Oeiras cuando algo llamó su atención. Una luz muy clara y
fuerte parecía venir de una zona exterior de la parte urbana.
Redujo
la velocidad.
Pasados
algunos segundos volvió a ver aquella claridad.
Puso
el intermitente de la derecha y salió de la carretera principal.
Los
demás conductores ni se dieron cuenta.
Sentía
una necesidad imperiosa de descubrir el origen de aquella luz.
Cruzó
toda la ciudad de Oeiras y sin querer entró en la carretera de lo
llevaría a Cacén.
Ya
no se veía ninguna luz.
Miró
en todas las direcciones … en el horizonte solo las luces de la
carretera y de una o otra casa.
Habría
sido imaginación suya? La verdad es que fuera un día largo y
movido.
Se
preparaba para cambiar el sentido de la marcha cuando, de repente,
dejó de ver.
Fue
algo muy raro … fue intenso … inmenso … casi indescriptible …
Fue como si, de repente, todos los focos del estadio de fútbol de
Benfica se encendiesen al mismo tiempo por sobre su cabeza … Se
quedó parado … deslumbrado … intentando comprender …
Solo
algunos segundos después se dio cuenta que el motor de su coche
se había parado y sus luces apagado. El radio también estaba
silencioso.
No sentía miedo, solo un pequeño des confort por no poder ver nada en
su entorno … después aquella voz dulce, tierna que le repetía muy
bajito … :
---
Tranquilo … no te pasará nada malo … ya te daremos todas las
explicaciones … tranquilo …
Pero
no conseguía ver a nadie en su alrededor. Dentro de su coche
tampoco se escuchaba ningún sonido, y, lógicamente, no había
nadie. Lo raro es que la voz parecía estar muy dentro de su cabeza.
Todo
pareció estar suspendido en el aire durante mucho tiempo. Después, tan de
golpe como había aparecido la fuerte luz se apagó.
Todo volvió a
la oscuridad.
( continuará )
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