martes, 16 de octubre de 2012

... IMAGENES SUELTAS ... fasciculo I



 
      Aquí os dejo otra historia escrita por mi hace unos años.
     Cuando escribo prosa siempre intento dejar el mensaje de aquello en que creo … y este tema es, para mi, muy especial.





  



IMÁGENES SUELTAS


De jorge peres



 


       Las piernas le temblaban un montón. Todo su cuerpo era un temblor como si lo hubiese alcanzado una descarga eléctrica.
      Muy sinceramente, todo aquel día empezó con mal pie.   Por la mañana se despertó mucho más pronto de lo que pretendía. 
      La noche fue larga  ... se durmió sin esperanza ya de poder hacerlo. Y el motivo de su insomnio no era la diversión … ojalá lo fuera.
      Fue cenar con Sonia, su novia desde hace algunos meses, pero las cosas no estaban muy bien entre ellos. 
      La cena que el esperaba de paz se tornó un combate verbal de los mas duros trabados entre ellos en los últimos tiempos.
     El tono de voz subió y lo acompañó la falta de respeto
    Un poco antes de empezar el postre tomó la resolución de irse. Las cosas estaban yendo demasiado lejos y podrían terminar peor.



 

       Decidió caminar un poco junto al mar. Antes, condujo por la carretera marginal a poca velocidad. Se sorprendía de eso. 
    Normalmente cuando estaba nervioso disparaba por la carretera a toda la velocidad, haciendo tronar en el aire el potente sonido del motor de su coche.


      
 


      La verdad es que aquella última discusión no lo alteró como en otras anteriores.
        Cuando salió de casa de Sonia estaba sereno, solo sentía que necesitaba estar solo en un sitio tranquilo … Era lo que buscaba ahora mismo.
     Cruzó Cascais, siguió hasta el Guincho. Aparcó en el  lado izquierdo en dirección subida.
      Delante suya, el grande … el solitario Océano Atlántico, rolaba  sus olas contra una arena desierta, tan solitaria como él.






 
        Pensaba a lo que había llegado su vida! … Treinta años, divorciado, un empleo que se podría considerar estable, una casa pequeña, pero suficiente para el, un buen coche … …
           Conoció Sonia hace menos de un año. 
          Mas joven que el, una mujer muy presentable, de aquellas de causar envidia, a veces demasiada, en cualquier sitio público. En el inicio de la relación las cosas han funcionaran de forma casi completa … las diferentes se manifestaran un poco más tarde … pero eso siempre pasa en una relación.
      La verdad es que no pudo o supo superar esas divergencias que en el principio parecían inofensivas.
         Sinceramente empezaba  a sentirse cansado de una relación en que las cosas solo funcionaban en la posición horizontal de una cama, fuese la suya o la de ella. 

 

       Pero, lo que pasó hace dos semanas vendría a revelarse importante, no solo en su vida sino, también,  en aquella unión,  un poco tambaleante.
     Fueron esos recuerdos que lo mantuvieron cerca de dos horas, delante de la playa y lo llevaron mas tarde a su casa sin la más leve sensación de sueño.
       Han sido esos hechos que los que provocaron los temblores que ahora sentía en su cuerpo.



 


     Todo empezó aquel día en que trabajara en el turno de  tarde, saliendo del curro a las nueve  de la noche.
    Lisboa se preparaba para recibir la Navidad con los brazos abiertos, con algunas avenidas ya iluminadas y otras en preparación.




 
 
     Aquella hora aún había gente intentando llegar a casa a tiempo de ver uno de los muchos culebrones televisivos y el tráfico empezaba, lentamente, a volver a la normalidad, después de una hora  punta verdaderamente loca.
      Rumbo a Cascais, evitaba siempre la autopista, prefiriendo la carretera marginal.   
     Todos los días hacia aquel camino. La conducción del coche se tornó, mecánica y automática.




Circulaba cerca de Oeiras cuando algo llamó su atención. Una luz muy clara y fuerte parecía venir de una zona exterior de la parte urbana.
Redujo la velocidad.
Pasados algunos segundos volvió a ver aquella claridad. 




 


      Puso el intermitente de la derecha y salió de la carretera principal.
       Los demás conductores ni se dieron cuenta.
     Sentía una necesidad imperiosa de descubrir el origen de aquella luz.
    Cruzó toda la ciudad de Oeiras y sin querer entró en la carretera de lo llevaría a Cacén.
       Ya no se veía ninguna luz.
     Miró en todas las direcciones … en el horizonte solo las luces de la carretera y de una o otra casa.
     Habría sido imaginación suya? La verdad es que fuera un día largo y movido.
   Se preparaba para cambiar el sentido de la marcha cuando, de repente, dejó de ver. 


 


    Fue algo muy raro … fue intenso … inmenso … casi indescriptible … Fue como si, de repente, todos los focos del estadio de fútbol de Benfica se encendiesen al mismo tiempo por sobre su cabeza … Se quedó parado … deslumbrado … intentando comprender …
      Solo algunos segundos después se dio cuenta que el motor de su coche se había parado y sus luces apagado. El radio también estaba silencioso.


 
 


     No sentía miedo, solo un pequeño des confort por no poder ver nada en su entorno … después aquella voz dulce, tierna que le repetía muy bajito … :
      --- Tranquilo … no te pasará nada malo … ya te daremos todas las explicaciones … tranquilo …
       Pero no conseguía ver a nadie en su alrededor. Dentro de su coche tampoco se escuchaba ningún  sonido, y, lógicamente, no había nadie. Lo raro es que la voz parecía estar muy dentro de su cabeza.
     Todo pareció estar suspendido en el aire durante mucho tiempo.    Después, tan de golpe como había aparecido la fuerte luz se apagó. 
     Todo volvió a la oscuridad.



                                   ( continuará )


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